Aprendí a las malas a no licitar. Y es que cuando me preguntan porqué no lo hacemos, parece que los malos del paseo fuéramos nosotros.
La necesidad del creativo acostumbró a las empresas (sobretodo a las gigantes), a que invitan a licitar para los proyectos. Los creativos; agencias, estudios o productoras, somos invitadas como gran honor a presentar licitaciones… En el mejor de los casos, invitan a 3 proveedores, pero ese número sube dependiendo del cliente. Y entonces, hay 3, 4 o 10 equipos creativos trabajando gratis… porque no se pasa una propuesta de precios, se hace una buena parte de proceso creativo y el cliente escoge con quién se queda. A ese le paga por lo que hizo y va a hacer.
¿Y quiénes son los que realmente pagan las licitaciones? Los equipos que trabajan horas extra, para cumplir con su tráfico normal, y con la licitación. O lo pagan los clientes que sí son clientes… porque los equipos usan tiempo pagado por ellos, para trabajar en licitar.
Por eso entendí cuál es mi respuesta a las cordiales invitaciones a licitar; si nos están buscando es porque les gusta nuestro trabajo. Y les gusta porque nuestro equipo ama lo que hace y por eso lo hace bien. Pero también porque tienen vida fuera del trabajo, que es lo que los hace más creativos. Y si rompemos ese ciclo, lo único que logramos es reducir la calidad y explotar equipos que se funden y dejan de dar su 100%.
Entonces querido cliente que nos va a invitar a licitar, de antemano le digo que gracias pero no. Y lo invito a preguntarse si es de los que pide licitar y trabaja con empresas que lo hacen, ¿los equipos que trabajan para ud, son felices? o ¿está hoy pagando por las licitaciones de otros gigantes que como ud, no pagan las propuestas? A entender que los equipos felices trabajan mejor, y a aceptar que ud probablemente no trabajaría gratis para nadie.
Me llamarán loca e idealista, pero creo firmemente que no porque así se haga hace mil años, debe hacerse mil años más. Estamos cambiando el mundo con un NO a la vez.
Soy consciente de que perderemos oportunidades, pero no volveremos a pasar por encima de lo que somos y en lo que creemos, para conseguir lo que queremos.