
Los que trabajamos en servicios sabemos que “el cliente siempre tiene la razón”. Pero… ¿qué cliente?
Una de las cosas más lindas que me ha dado LAVALENTINA Design, es conocer clientes increíbles que han creído en mí y me han apoyado en este camino infinito. A muchos de ellos hoy los llamo AMIGOS Y CONSEJEROS. Pero la verdad es que los que más me han enseñado, son los que más problemas me han dado.
Hace un par de años tuve un cliente que desafió todos los límites de la decencia. A este personaje lo llamaremos VOLDEMORT. Como dice el poeta René de Calle 13, “no lo hago para evitar el roce, lo hago para no hacerlo famoso en los países donde nadie lo conoce”. Trabajar con él fue casi imposible y logró convertir un proceso que amamos, en una película de terror.
Los que trabajamos en servicios sabemos que “el cliente siempre tiene la razón”. Pero… ¿qué cliente? Hay que aprender a manejar clientes de clientes… y son las experiencias difíciles las que me han hecho preguntarme: ¿Cuáles son mis no negociables? Me costó mucho pero por fin un día tomé la decisión de despedirlo. Sí, le dije a Voldemort que no éramos el uno para el otro.
Un tiempo después, con la cabeza fría hice una lista de los errores que cometí y que ahora repaso para no repetir.
El primer error fue ignorar el sentimiento intranquilo que tuve cuando lo conocí. La primera impresión poco falla. Con el tiempo los miedos se fueron materializando. Incluso antes de empezar a trabajar, las banderas rojas aparecieron en los temas formales. La negativa para firmar un contrato, pedía rebaja hasta el último peso y buscaba convencernos de que nos hacía un favor al contratarnos.
Segundo error; aceptar lo inaceptable. Como los grandes tiranos, Voldemort era hábil con las palabras. Tenía el poder de hacerme dudar de mi trabajo y restarle valor a lo que hago. Esas conversaciones pasivo agresivas me dejaban agotada y al equipo completamente desmoralizado.
El tercer error fue querer convencerlo de valorar lo que hacemos y pensar que tenía que demostrarle que efectivamente somos buenos.
Entonces me repito, Valentina;
1. Hay que hacerle caso al instinto. Normalmente tiene razón.
2. No hay que aceptar lo inaceptable. Si no pones límites al principio, nunca podrás ponerlos.
3. Quien no valora el trabajo, difícilmente empezará a hacerlo.
El tiempo me ha enseñado a decir NO. No somos para todo el mundo, ni todo el mundo es para nosotros. No funcionamos con intimidaciones y grosería. No mejoramos a punta de gritos o comportamientos pasivo agresivos. No pasamos por encima de lo que somos para conseguir lo que queremos y el fin no justifica los medios.
La vida creativa se caracteriza por la falta de horarios, la guerra de egos y la poca valoración por el trabajo que hacemos. Por eso creemos en el trabajo en equipo, los espacios amables y coherentes… por lógica, así trabaja más feliz la gente. Y eso es lo que buscamos; ser gente feliz. Porque así somos mejores y más productivos y porque así debería ser el mundo creativo.
¿YA SABEN CUÁLES SON SUS NO NEGOCIABLES?
PD
*Voldemort es un Frankenstein de varios personajes. Cualquier parecido con la realidad, no es pura casualidad.
**Gracias a todos los Voldemorts que nos ayudaron a aclarar lo que no vamos a negociar.
Valentina Giraldo Henao